Resistencia vs Innovación: Nuestra extraña dualidad.

¡Qué hongo, Emprendedores!

¿Alguna vez han sentido ese “deseo” de querer crear algo nuevo o hacer algo arriesgado, solo para que una voz interna les diga "mejor no, no lo intentes"? 

Somos criaturas de hábito y seguridad, pero, extrañamente, también somos curiosos y nos atrae el riesgo y la innovación. Esta etapa como Legalbeard me ha permitido experimentar y analizar el conflicto entre esta dualidad presente en cada uno de nosotros. Después de 8 años en un trabajo estable, donde ya había construido una rutina, conocía a todos mis compañeros de trabajo y clientes y estaba completamente familiarizado con las dinámicas de la oficina, surgió en mí un fuerte deseo de comenzar un nuevo proyecto. Sabía que era riesgoso y completamente distinto a lo que venía haciendo pero definitivamente lo deseaba. Claro, al momento de tomar la decisión de abandonar mi trabajo, sentí esa resistencia interna que me generaba miedo y duda y me pedía recapacitar, pero decidí ignorarla en favor del riesgo y la innovación.

¿Por qué existe esta dualidad?

Imagina por un momento la vida de nuestros antepasados. Sobrevivir era su prioridad. Lo más importante era cazar animales, recolectar frutos, encontrar refugio y proteger a la tribu. Nuestro cerebro se forjó en esa lucha. Aprendimos a desconfiar del peligro y a ahorrar energía para el próximo desafío. Ese instinto nos mantuvo vivos, pero entonces algo cambió. Empezamos a imaginar, dibujamos en cuevas, inventamos herramientas, miramos las estrellas y nos preguntamos qué había más allá. Nacimos con un pie en la seguridad y el otro en la curiosidad, y esa tensión nunca nos abandonó.

Luego está nuestra conciencia. Somos los únicos que reflexionamos sobre quiénes somos, sobre nuestro pasado, sobre cómo nos ven los demás. Esa voz interna es el ego que nos protege de la vulnerabilidad. Porque intentar algo nuevo y desconocido significa exponernos, y a nuestro cerebro social, criado en tribus donde el rechazo podía ser fatal, no le gusta eso. La dualidad es el choque entre querer brillar y temer caer.

Tampoco podemos olvidar el impacto que tiene la cultura en nosotros. Como dijo Freud, la civilización nos obliga a reprimir nuestros instintos más salvajes para convivir. Pero esos instintos no desaparecen; se disfrazan de duda, procrastinación y excusas. Queremos ser libres, pero también encajar y ese estire y afloje nos parte en dos. Sin embargo, hay algo más profundo aquí: tal vez esta dualidad no sea un error, sino un motor. Sin ella, no habría historias de superación, ni arte e innovación nacidos del sudor, ni momentos en que nos sorprendemos a nosotros mismos. Esta resistencia nos reta a crecer y en esa lucha encontramos quiénes somos realmente.

¿Balancearla o superarla?

Aquí está el gran dilema. ¿Deberíamos buscar un equilibrio entre la seguridad y el riesgo o apostar todo por vencer esta resistencia y abrazar la innovación? 

Desglosemos las opciones:

Opción 1: Balancear la dualidad

  • Por qué funciona: No todos los riesgos valen la pena y la seguridad tiene su mérito. Balancear significa escuchar a la resistencia como una señal de cautela (¿es este proyecto viable? ¿tengo los recursos?), pero también no permitir que nos paralice. Es como un baile: das un paso hacia el riesgo, pero mantienes un pie en tierra firme.

  • Ventaja: Reduces el estrés y evitas quemarte persiguiendo “sueños” que tal vez no sean para tí. 

  • Riesgo: Puedes quedarte en una zona tibia, ni plenamente seguro ni plenamente realizado. Esto a la larga puede causarte insatisfacción o un sentimiento de remordimiento.

Opción 2: Superar la Resistencia

  • Por qué funciona: El miedo no desaparece, pero actuar a pesar de él puede llevarte a lugares extraordinarios. Superar la resistencia implica priorizar tu crecimiento y la innovación, incluso si fallas. Es elegir la vida "no vivida" que está dentro de ti.

  • Ventaja: Abres la puerta a lo inesperado; el arte, el cambio y la grandeza nacen aquí.

  • Riesgo: Puedes perder estabilidad o enfrentarte a fracasos duros.

¿Mi postura? 

No hay una respuesta universal. Depende de quién eres y qué buscas. Si tu alma arde por crear o innovar, superar la resistencia debe ser tu camino. Si valoras la paz y el equilibrio, balancearla puede ser suficiente. Lo importante es no ignorar la dualidad. Tus opciones son: la enfrentas o dejas que te consuma.

¿Cómo podemos vivir con esa dualidad?

  1. Reconoce tu Resistencia: Nómbrala cuando aparezca. Cómo en el exorcista, quitarle poder la hace menos intimidante.

  2. Empieza pequeño: No tienes que comerte todo el pastel ni compararte con otros. Paso a paso, recuerda que es un proceso. 

  3. Ritualiza el riesgo: Haz de la creación un hábito. Vuélvete un profesional y empieza a eliminar las excusas que te detienen. La rutina mata la procrastinación.

  4. Acepta el miedo: No luches contra él; déjalo sentarse a tu lado mientras trabajas. Siempre estará contigo sin importar lo que hagas. El secreto está en reconocerlo y actuar a pesar de que esté ahí.

  5. Reflexiona: Pregúntate: ¿Me arrepentiré más adelante si no lo hago? ¿Qué tan importante es para mí hacerlo, para que pueda seguir con mi vida sin remordimientos?

La dualidad existe porque somos humanos, y cómo la manejamos define quiénes somos.

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