La lucha para lograr la continuidad de las empresas familiares en México.

Las empresas familiares son un pilar fundamental de la economía mexicana. A lo largo de generaciones, estas organizaciones han demostrado una capacidad única para fusionar lazos familiares con la creación de valor económico, pero, al mismo tiempo, enfrentan retos específicos que ponen en peligro su continuidad y éxito a largo plazo. Según el Reporte de Nivel de Progreso de las Empresas Familiares del CIFEM | BBVA, un alarmante 52% de las empresas familiares mexicanas está en riesgo de extinguirse debido a una acumulación de malas prácticas y tensiones internas. Este dato subraya la importancia de mejorar la gestión empresarial y familiar para asegurar la supervivencia y crecimiento de estas organizaciones.

El informe revela que solo un 3% de las empresas familiares en México ha alcanzado un nivel adecuado de progreso, mientras que el 45% tiene temas pendientes de resolver que, si no se abordan adecuadamente, pueden llevarlas a una zona de riesgo.

¿Qué está impidiendo a las empresas familiares mexicanas prosperar y garantizar su continuidad?

Uno de los principales obstáculos es la dificultad para manejar adecuadamente la sucesión generacional. Las estadísticas indican que solo dos de cada seis empresas logran con éxito la transición de la primera a la segunda generación y aún menos de la segunda a la tercera. Este problema, combinado con la falta de profesionalización y la tendencia a mezclar los roles familiares y empresariales, crea inestabilidad.

Las soluciones: Armonía Familiar y Profesionalización.

Uno de los factores críticos que influyen en el éxito de las empresas familiares es la armonía interna. Cuando las relaciones familiares son funcionales, se crea un círculo virtuoso que impulsa tanto a la familia como al negocio. No obstante, cuando las tensiones personales contaminan las decisiones empresariales, el riesgo de fracasar se dispara.

Según el reporte, un 57% de las familias empresarias no aborda los conflictos a tiempo, lo que pone en peligro tanto a la empresa como a la unión familiar. Aquí es donde entra en juego la profesionalización, a través de la instalación de un gobierno corporativo adecuado. El 21% de las empresas mexicanas ya ha institucionalizado la propiedad y la administración pero un preocupante 55% mezcla peligrosamente estos dos ámbitos. Separar claramente las relaciones familiares de las decisiones empresariales es un paso crucial para evitar que las emociones dicten el rumbo de las organizaciones familiares.

El Proceso de Sucesión:

Uno de los mayores retos para las empresas familiares es la planeación y ejecución de la sucesión. El 57% de las empresas no ha determinado aún un plan claro de sucesión, lo que aumenta el riesgo de una transición caótica. Es vital establecer procesos claros para el relevo generacional para garantizar que el negocio continúe funcionando sin interrupciones, incluso cuando los líderes fundadores se retiren.

Para lograr una sucesión exitosa, es necesario que los líderes actuales formen y capaciten a los sucesores potenciales con tiempo para asumir sus responsabilidades. Sin embargo, muchas veces este proceso se deja para el último momento, lo que resulta en una transición abrupta y perjudicial para la estabilidad del negocio.

Esperanza para el futuro:

A pesar de los desafíos, el panorama no es del todo sombrío. El Reporte CIFEM | BBVA muestra que 76% de las empresas familiares ha visto un crecimiento en sus ventas en los últimos tres años, lo que demuestra que, con la estrategia adecuada, es posible tener éxito. Además, 37% de las familias empresarias percibe una mejora en su unidad y armonía, lo que resalta la importancia de la cohesión familiar para el éxito empresarial.

Las empresas familiares tienen un enorme potencial para seguir siendo una fuerza impulsora en la economía mexicana. Sin embargo, para lograrlo, es esencial que trabajen en fortalecer sus estructuras internas, abordar los conflictos de manera temprana y planear cuidadosamente la sucesión generacional. El camino no es fácil, pero con la combinación correcta de armonía familiar y profesionalización empresarial, estas organizaciones pueden superar los retos y asegurar su continuidad por generaciones.

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